La pandemia del coronavirus ha transformado los escenarios en varios sectores. El turístico ha sido uno de los más intervenidos. La baja actividad turística ha llevado a los propietarios y accionistas a la venta de hoteles, elevando la oferta en todo el mundo.
A pesar de la creciente oferta de hoteles de lujo y hoteles pequeños, el precio no ha tendido a bajar. Se mantiene estable, lo cual supone una jugada arriesgada en mitad de una crisis.
El punto es que, sobre todo en el caso de las grandes cadenas hoteleras, existe una negación a malvender sus bienes, estableciendo una gran brecha entre la oferta y la demanda.
Por un lado los propietarios y accionistas de hoteles buscan obtener liquidez frente a una situación compleja. Por otra parte, los potenciales inversores buscan precios atractivos para poder hacer negocio. Estos son los que apuestan a una regularización de la situación turística y consecuentemente de la demanda hotelera, para las próximas temporadas.
Posibles compradores de hoteles
La oferta en la venta de hoteles busca seducir principalmente a los socios pertenecientes a fondos de inversión. La razón es simple: se trata de actores que tienen liquidez y suelen ser hábiles frente a movimientos del mercado.
Existen otros potenciales compradores siempre dispuestos a invertir: Ciudadanos rusos y chinos. Buscan gangas en precios y se interesan por negocios hoteleros en el centro de las principales ciudades.
Muchos aun no se han decidido a comprar, otros esperan que las oportunidades vengan con las quiebras -que se estiman para finales de 2021-. Los que ya han aceptado las ofertas porque confían en una recuperación temprana de la situación turística.
Factores clave en la venta de hoteles
Uno de los perfiles de comprador es el interesa en un lugar concreto. Eso convierte la localización en el factor más determinante después del precio. Aprovechan la situación para adquirir hoteles en lugares turísticos.
Como los valores no han bajado, la oportunidad se encuentra en la disponibilidad y variedad de la oferta en los distintos destinos turísticos.
En ese caso, muchas cadenas deciden vender hoteles que tienen en sitios no tan rentables. Prefieren priorizar otros lugares que siempre han sido especiales tanto por sus características como por la atracción que suponen.
Los hoteles que sí se están vendiendo
Dentro del mercado, existen algunos hoteles que sí han bajado sus precios debido a una caída extrema de sus ganancias. Se trata de los hoteles más alejados de las grandes ciudades, generalmente los rurales, que son gestionados por familias.
Siempre se han caracterizado por sobrevivir con baja demanda. Dadas las preferencias de alquiler en la población, tienen menos visitantes que hoteles cercanos de centros urbanos. Además, no cuentan con un aliado como puede ser un aeropuerto.
Asimismo, otro tipo de hoteles que han bajado su precio fueron los urbanos que cuentan con menos de un centenar de habitaciones.
Alternativas a la venta de hoteles
Existe una opción intermedia, es decir, hoteles se encuentran en el medio de la situación compleja de la oferta. Si bien no necesitan ser vendidos, deben buscar alternativas para poder ser sustentados.
En este último caso, muchos de ellos son los que se ofrecen en alquiler a grandes cadenas hoteleras, a precios competitivos. En esa misma línea, algunos hoteles más pequeños buscaron rentabilidad y reinventaron el negocio, poniendo el ojo en la utilidad de sus espacios disponibles y locales comerciales.
Por ejemplo, el alquiler de oficinas en hoteles ha sido una tendencia en alza en el último año en regímenes de distanciamiento social.
Pese a las dificultades resultantes de la pandemia, la situación hotelera continúa solida. La oferta en la venta de hoteles intenta abrir el juego a los inversores predispuestos.